"Estaba de alcance con un equipo y conocimos a un hombre que nos pidió que oráramos por dolor que le había empezado en la espalda y en la cintura después de una fuerte caída. Lo rodeamos y empezamos a orar por él. Después de unos momentos, levantó la mirada con mucha emoción. Le pedimos que se pusiera de pie para ver si sentía alguna diferencia o menos dolor. Él se paró y con una gran sonrisa en su rostro dijo, “¡Quiero bailar!” Después de tantos años incómodo, él estaba levantado sin ningún dolor en la espalda o la cadera. Pudimos compartir con él acerca del poder sanador del Espíritu Santo y ese día, él y su familia aceptaron a Cristo como salvador!”
Sophie
Miembro Del Personal | JUCUM Mazatlán
“Una tarde después del ministerio, íbamos de regreso al campus y yo iba cargando unas piezas de arte que había pintado cuando me paró una mujer. Me pregunto si yo era la artista de las pinturas y aproveche la conversación para preguntarle si tenía alguna petición de oración. Ella me respondió, “Estoy bien” y empezó a llorar. Empezó a contarme que ella seguía a Jesus antes pero se había alejado mucho de Él. Le dije que no importaba que tan alejada se sentía, que Él nunca se aleja de nosotros. Ella se empezó abrir y me compartió que se había divorciado y dejó de ir a la iglesia por sentirse indigna y culpable. Me dijo, “Yo debería de estar haciendo lo que tu haces, no estar de fiesta en el carnaval.” Compartí con ella la pintura que representaba la historia de la mujer Samaritana en la biblia. Le dije que cuando nos encontramos con Jesus, somos hechos completamente puros. Le dije que Jesus la estaba esperando con los brazos abiertos pero ella era la que tomaba la decisión. Pude orar con ella y romper con la mentira de que ella estaba demasiado lejos de Dios y esa noche ella volvió a darle su vida a Jesús! Yo pude ser testigo de cómo Dios le estaba recordando de su pureza a través de nuestra pintura.”
Evalyn G.
Miembro Del Personal | JUCUM Mazatlán
“Estaba de anfitrión con un equipo visitante y estabamos distribuyendo Biblias gratis en la ciudad. Mientras íbamos en un taxi, el chofer se interesó mucho en nuestro ministerio y nos preguntó si podíamos distribuir Biblias en su colonia. Ya llevábamos tiempo distribuyendo en la colonia donde estábamos y cuando me puse a mirar nuestro mapa de alcance, me di cuenta que la colonia del taxista era la última que nos faltaba. Así que fuimos a la colonia y en varios grupos, empezamos a distribuir Biblias. El taxista me preguntó a mi y a mi equipo si podíamos orar por su esposa que había tenido un dolor de espalda hace 2 meses. Fuimos a su casa y oramos por su esposa, fue completamente sanada y después del milagro ella decidió que se quería bautizar! Al final, cuando nos reunimos con los demás grupos escuchamos que ellos también tenían testimonios similares al nuestro. Otra persona experimentó sanidad en una mano, una persona involucrada con el cartel acepto a Jesus, alguien recibió sanidad en la cadera y más testimonios así! Ha sido el dia mas loco de ministerio que me ha tocado!”
Brennan
Miembro Del Personal | JUCUM Mazatlán
“El equipo de Casa de Esperanza había conocido a una madre que perdió su casa y todas sus pertenencias en una tormenta eléctrica, dejándola a ella y a sus hijos sin casa. En ese entonces, había un grupo de voluntarios en la base de JUCUM que habían expresado el deseo de construir una casa pero que no habían tenido la oportunidad de hacerlo. Cuando el equipo de Casas de Esperanza recibió la mala noticia de parte de la familia, el grupo de voluntarios inmediatamente se preparó para empezar a construir. Trabajando duro, pudimos construirle una casa nueva a la familia justo después de una semana de haber perdido su anterior casa. Hemos visitado a la familia después de la construcción y hemos podido ser testigos de la diferencia que hace este ministerio. A través de esto, Dios vuelve a mostrarse como proveedor y que sus tiempos son perfectos en todo.”
Anónimo
Equipo Visitante | JUCUM Mazatlán
“Estábamos caminando durante el Carnaval y preguntándole a Dios por quien debíamos orar cuando de repente vi a un hombre caminando con muletas. Inmediatamente sentí la compasión de Dios por este hombre y sentí como Dios quiera sanarlo. Empezamos a conversar y él me compartió que se había fracturado la tibia. Yo le pregunte si me permite orar por él y me dijo que si, oramos dos veces y la segunda vez el dijo que sentía menos presión. Terminando, el se iba a ir y sentí tan fuerte que él fue sanado pero que temía caminar sin las muletas y otra amiga también sintió que Dios lo quería librar de temor en caminar sin muletas y poder testificar de lo que Dios hace. Después de unos momentos, el hombre estaba levantando las muletas al aire gritando,”¡JESÚS ME SANÓ!”
Patrice
Miembro Del Personal | JUCUM Mazatlán
“Recientemente, viajamos a un pueblo pequeño en las afueras de Mazatlán, se llama El Rosario. Sentimos que Dios nos estaba llamando a expandir nuestro ministerio a otras ciudades y sentimos que con la distribución de Biblias iba ser una buena forma de abrir puertas en un lugar nuevo. Cuando llegamos empezamos a regalar las Biblias y vimos como tantos recibieron a Jesus, se arrepintieron y otros fueron sanados. Llegando a la última casa con la última Biblia, me saludó una señora y le pregunté si quería una Biblia gratis. Me respondió,”No, ya me diste una.” Yo estaba confundida porque era mi primera vez en este lugar, ella me empezó a contar que ella vivía antes en Mazatlán y que hace cuatro años yo le entregué una Biblia. Me mostró la Biblia y me contó cuanto la atesoraba y que intentaba compartirla con su familia. Tuvimos la oportunidad de compartir el Evangelio con ella y orar por ella. Pudimos también orar por su hijo y darle un ánimo, era tan evidente ver como Dios estaba obrando en toda la familia. Este momento me resalto mucho porque a veces no apreciamos la Biblia como deberíamos, pero esta familia estaba tan agradecida por ella y nunca la querían soltar.”
Juan Carlos C.
Miembro Del Personal | JUCUM Mazatlán
